viernes, 12 de marzo de 2010

Modismo

El termino modismo, en su noción etimológica, proviene de la palabra Moda e ismo (práctica).

Un modismo es un hábito, un lugar común, una costumbre lingüística que, como todo hábito, tiene la función de ahorrar energía. Como el hombre es un ser de hábitos, entonces resulta que los modismos están presentes en todas las lenguas y en el habla de todas las personas.

Hay ocasiones en que un modismo se confunde con un refrán; sin embargo en muchos casos sí es posible diferenciarlos claramente a través de tres aspectos:

El refrán tiene un sentido pedagógico. Tiende a educar. Por ejemplo: A quien madruga Dios le ayuda. Este refrán nos dice que deberíamos ser madrugadores, diligentes, activos para alcanzar algunos beneficios. Zapatero, a tus zapatos. Este nos dice que las personas deben hacer aquello para lo que están preparadas.

El refrán suele tener rima. Esto se debe a que la rima refuerza el aprendizaje, la memorización y el recuerdo. Por ejemplo: Juego de manos, juego de villanos.

El refrán no suele conjugarse, mientras que el modismo sí. Por ejemplo: No veo tres en un burro; no ves tres en un burro...

Un modismo, en cambio, no educa, no tiene esa intención. Describe una situación, un rasgo de personalidad y nada más. Por ejemplo: Ser un puerco o comer más que un remordimiento. Un modismo puede ser una frase o una palabra sola.

Diccion

La dicción es la forma de emplear las palabras para formar oraciones, ya sea de forma hablada o escrita. Se habla de buena dicción cuando el empleo de dichas palabras es correcto y acertado en el idioma al que éstas pertenecen, sin atender al contenido o significado de lo expresado por el emisor.

La palabra dicción proviene del latín diclio o dicleo, manera de hablar. Para tener una dicción excelente es necesario pronunciar correctamente, acentuar con elegancia, frasear respetando las pausas y matizar los sonidos musicales.

Una buena emisión de voz resulta sin duda, un extraordinario apoyo para la interpretación de la música.

Al hablar y sobre todo al cantar, es preciso evitar los vicios o defectos de dicción, como los ejemplos siguientes: íbanos, gratituo, tualla, Saltío, desborrar, cállensen.

La colocación de la voz consiste en producirla correctamente, tomando en cuenta tanto la respiración, colocación correcta del diafragma, posición de los labios, articulación y desde luego, la dicción.

Palabra

En gramática tradicional, una palabra es cada uno de los segmentos limitados por pausas o espacios en la cadena hablada o escrita, que puede aparecer en otras posiciones, y que está dotado de una función.

Lingüísticamente, el concepto de palabra es mucho más problemático de lo que la definición anterior sugiere. Determinar qué constituye fonéticamente o morfosintácticamente una palabra es un problema abierto, así por ejemplo junto a los morfemas ligados y las palabras léxicas existen los clíticos cuyo estatus de palabra es discutido. La rama de la lingüística que estudia la composición y estructura interna de las palabras es la morfología.

Pleonasmo

Un pleonasmo es una expresión en la que aparecen uno o más términos redundantes

El pleonasmo[1] es una figura retórica que consiste en la adición de palabras que no son necesarias en una frase, pues su significado ya está explícita o implícitamente incluido en ella.

No es un fenómeno necesariamente incorrecto, ya que puede servir para dar fuerza a la expresión.

El Diccionario de uso del español, además, señala que el pleonasmo «puede añadir gracia o expresividad a la frase, otras veces constituye verdadera redundancia, y, en ocasiones, aunque podría tacharse de tal, es una manera de dar una terminación a la frase que, de otro modo, quedaría como incompleta»[2

Redundancia

La redundancia consiste precisamente, en colocar duplicados, componentes o piezas redundantes y cuya única función consiste en actuar como reemplazo en caso de un mal funcionamiento de los componentes principales. Pero hay una diferencia fundamental entre un pieza de recambio y una que es redundante, y se debe a que la primera no está montada en el equipo mientras que la segunda sí, y esto hace una diferencia fundamental: El equipo, si está bien diseñado, no detendrá su funcionamiento de manera inmediata frente a un desperfecto.

Una UPS es un artefacto que brinda energía eléctrica de forma redundante a cualquier equipo conectado a la red eléctrica. Si se corta el suministro de luz, la UPS se pondrá en marcha de forma instantánea y gracias a sus baterías, evitará un corte súbito que podría dañar algunos componentes críticos. La UPS no sustituirá totalmente a la red eléctrica, pero puede llegar a evitar tener que apagar el equipo si el corte de luz es breve, o bien permitirá un apagado racional y cuidadoso si es que el corte se prolonga. De más está decir que es bueno contar con una UPS en el caso de un simulador, pero hay que decir que son equipos costosos y que los simuladores necesitarán por lo general, sistemas de un kilovatio o más de potencia, lo cual aumenta el costo.

Otro ejemplo del criterio de redundancia aplicado al simulador es meramente eléctrico: Donde se coloca un interruptor, si es posible, hay que colocar dos. Por ejemplo, en el caso de que en los frenos de los pedales se empleen interruptores en vez de potenciómetros, los cuales se activan al pisar esos pedales, colocando dos interruptores se evita uno de los problemas más comunes en las cabinas, pues los pedales tienen a ser de los primeros componentes en fallar, y los frenos suelen ser también los primero en fallar en las pedaleras. En el caso de muchos componentes, en los que no haya que tener en cuenta cuestiones de polaridad o señalización, la redundancia puede aplicarse y evitará más de un quebradero de cabeza en el futuro o al menos, aumentará el espacio de tiempo entre las sesiones de mantenimiento que impliquen el desmontaje de componentes.